jueves, 16 de diciembre de 2010

Tenemos que empezar a olvidarnos de la crisis

2011 será lo que nosotros queramos que sea. Sí con esta contundencia quiero comenzar a pensar en lo que va a ser el próximo año.
Independientemente de las ideas políticas, de las gestiones partidistas y de cualquier otra índole, la responsabilidad de la evolución económica es de todos, como conjunto y si nos volcamos a trabajar, a tener mayor acceso a conocimientos y experiencias compartidas y abrimos las puertas a la innovación personal, profesional y empresarial, el 2011 será, insisto, lo que queramos que sea.
Es cierto que remar en dirección contraria a la corriente es difícil y esforzado, pero es nuestra recomendación para poder salir del agujero en el que nos hemos / han metido y en el que llevamos sumidos tres años y medio.
¿Qué necesitamos para conseguirlo? Grandes dósis de ilusión, mucho esfuerzo, un potente compromiso con lo que hacemos y esperanza en positivo de que vamos a ser capaces de salir adelante, de avanzar. A todo ello debemos sumarle un elemento imprescindible, elemento al que nos deberemos acostumbrar en los próximos cuatro a cinco años: Saber adaptarnos al cambio, ser flexibles, pensar que lo que hoy vale, mañana ya deja de tener sentido y debemos pasar página a otra dinámica diferente de la que estábamos acostumbrados. De algún modo debemos acostumbrarnos a no tener costumbres, al menos en los planos profesionales y empresariales; esta actitud nos permitirá saber que lo único que necesitamos es capacidad de percibir cómo evoluciona el entorno y cuál es mi grado de adaptación a él y si no es adecuado, virar el rumbo con la rapidez suficiente para que la tormenta no nos pille desprevenidos.

Ánimo a todos, lo conseguiremos.

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